Por una justicia legitima

on 12/3/13



¿Qué entendemos por democratización de la Justicia?



La reconciliación del poder judicial con la ciudadanía. Una justicia que actúe en función del interés general de los argentinos. Una justicia que nos represente, a nosotros, a las mayorías, al interés popular, que no sea la voz de un sector privilegiado dirigido por grupos económicos. Necesitamos  tener jueces que se sientan ciudadanos, que paguen el impuesto a las ganancias como cualquier trabajador, no seres superiores que hacen llamarse “vuestra excelencia”.

Los griegos se equivocaron al pensar una justicia con los ojos vendados. Tratar de la misma forma a una empresa multinacional y a un vecino del barrio, sólo profundiza la desigualdad existente entre aquellos. Jueces ciegos son jueces indiferentes. Necesitamos jueces que se sientan comprometidos con el sentido público de su función, y que estén por sobre todas las cosas al servicio de su pueblo.

Un movimiento de fiscales, jueces, defensores y empleados de la justicia ya levantó su voz contra el sistema judicial imperante, profundamente conservador y elitista, uniendo fuerzas para romper ese viejo paradigma. Ellos fueron los que primero invocaron la necesidad de democratización para llegar a una Justicia Legítima. Estos magistrados que caminaron toda su vida por los pasillos de los tribunales, si hay algo que tienen en claro es que ahí sólo se debate el interés de unos pocos, y siempre los mismos apellidos, porque en el poder judicial, están siempre los mismos, los intocables.  Cinco de los siete miembros de la Corte pasaron la edad jubilatoria hace rato, pero ellos mismos decidieron que su jubilación sería de privilegio, y ahora los argentinos tenemos un juez de 95 años que va a quedarse hasta que termine de pudrirse en su estrado.

Las reformas anunciadas por Cristina Fernández de Kirchner surgen precisamente del seno de  este debate revolucionario. Es revolucionario, porque que los ciudadanos podamos elegir a quién tiene la función de nombrar y enjuiciar jueces, en el poder más jurásico del Estado, es algo que ya está sacudiendo todos los expedientes.

Este proceso de transformación de la justicia, este cambio de paradigma, ahora debe involucrarnos a todos. Los asuntos de la justicia que siempre estuvieron vedados al pueblo, hoy deben ser militancia de todos. Ese es el primer paso para combatir su funcionamiento oscurantista. Pocos comprenden cómo funciona la justicia exactamente, hecho que sólo afirma que es un poder que actúa a espaldas del pueblo, que se encierra en la incomprensibilidad de su lenguaje encriptado.

Desde la Juventud Kirchnerista de Izquierda militamos los nuevos proyectos de reforma judicial presentados por CFK, confiados de que es el comienzo de una transformación que irá por más, por más. Por juicios por jurados, por más juicios orales, por crear más vías de acceso a la justicia, por terminar de limpiar a los jueces cómplices de la dictadura, por más transparencia. Tal vez por todo.

Militamos una nueva justicia, una justicia legítima, que se quite los vendajes que la enceguecen y mire de cara al pueblo. Independiente del poder económico y político. Por una justicia nacional y popular.


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