Más claro, echale agua

on 15/4/13



Baja tu propio cuadro

on 26/3/13















Intervención, cómplices de la dictadura

on 24/3/13























Carta abierta de un joven revolucionario

on 12/3/13




Cuando aparece la muerte de un gigante como vos, la ambigüedad nos invade el alma. Se mezclan los sentimientos que aparentemente son contradictorios: sentimos una tristeza infinita, pero también nos conmueve y nos llena de felicidad ver cómo tu partida sacude a los pueblos latinoamericanos que estamos luchando por nuestra libertad y por el socialismo que siempre pregonaste.
 “Solo soy una débil paja arrastradapor el huracán” (Hugo Chávez)
Esta carta solo pretende agradecerte por los aprendizajes que diste a través de tu palabra y de tu acción, conjunción fundamental para el militante político. Porque quien reflexiona y no ejecuta, o quien ejecuta sin reflexionar, no es un militante en el sentido cabal del término. Fuiste una inspiración para todos nosotros: los jóvenes revolucionarios.
Gracias por recordarnos que el socialismo latinoamericano tiene que ser una creación heroica y que no deben ser dogmas estructurados que importamos de afuera. Esa enseñanza nos hizo comprender que no existen las soluciones mágicas y dogmáticas. Estamos en un constante estado de invención y creación de nuestro socialismo. Y se hace en el medio de la batalla.
Gracias por decirnos que el Socialismo del siglo XXI tiene 5 frentes de batalla, que hacemos nuestros:
El moral
Gracias por enseñarnos que no nos podemos concebir revolucionarios si no tenemos conciencia social. Nos enseñaste a desprendernos de nuestros egoísmos y de nuestros intereses personales. Quien no comprenda esto, no puede ser considerado un socialista en toda su dimensión.
El político
Gracias por enseñarnos que el socialismo tiene que ser democrático no en el sentido liberal burgués, si no en el sentido de la democracia protagónica, de poder popular. Nos enseñaste a valorar la autogestión y el autogobierno. Vimos cómo lograste entusiasmar a las bases de Venezuela para que se organicen popularmente y luchen por sus derechos.
El económico
Gracias por mostrarnos la obligación que tenemos de darle poder económico al pueblo. De servirlo de medios de producción. Y que el Estado, a través de la soberanía popular, era el más indicado para manejar los recursos estratégicos de los países.
El social
Gracias por enseñarnos que si bien somos todos diferentes, tenemos que tener los mismos derechos y obligaciones y que eso nos hace iguales y socialistas. Que las clases sociales son la creación más espuria de la oligarquía y que debemos luchar por eliminarlas. Gracias por enseñarnos a ser cultos, a que un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción. Sino estudiamos, somos más sencillamente objeto de dominación de la oligarquía.
El territorio
Gracias por enseñarnos a amar nuestra tierra y tener una relación de respeto con ella. No se puede entender el tiempo sin el espacio, nos dijiste. Entonces nosotros consideramos nuestro entorno y lo respetamos. Pretendemos tierra y hombres libres, en una unidad virtuosa.
Gracias por enseñarnos que tenemos que estar unidos todos los pueblos de Latinoamérica para enfrentar al imperialismo, que es nuestro enemigo de siempre. Nos dijiste que no hay espacio para pequeñas patrias y te creemos. Gracias por decir “Mi general, Perón” y “Mi hermana Cristina”. Gracias por sentirte argentino y por enseñarnos a sentirnos venezolanos.
Gracias por enseñarnos a liberarnos de los sentimientos espurios del honor y la reputación personal. Por recordarnos que lo único que importa es la libertad y que haya Patria, en el mejor sentido del término. Gracias por hacernos amar al socialismo.
Gracias por prendernos fuego. Al igual que vos, nosotros ya no nos pertenecemos, no nos pertenece nuestra vida. Ya no somos individualidad, somos pueblo.
Gracias por enseñarnos que patria, socialismo, o muerte.

Por una justicia legitima

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¿Qué entendemos por democratización de la Justicia?



La reconciliación del poder judicial con la ciudadanía. Una justicia que actúe en función del interés general de los argentinos. Una justicia que nos represente, a nosotros, a las mayorías, al interés popular, que no sea la voz de un sector privilegiado dirigido por grupos económicos. Necesitamos  tener jueces que se sientan ciudadanos, que paguen el impuesto a las ganancias como cualquier trabajador, no seres superiores que hacen llamarse “vuestra excelencia”.

Los griegos se equivocaron al pensar una justicia con los ojos vendados. Tratar de la misma forma a una empresa multinacional y a un vecino del barrio, sólo profundiza la desigualdad existente entre aquellos. Jueces ciegos son jueces indiferentes. Necesitamos jueces que se sientan comprometidos con el sentido público de su función, y que estén por sobre todas las cosas al servicio de su pueblo.

Un movimiento de fiscales, jueces, defensores y empleados de la justicia ya levantó su voz contra el sistema judicial imperante, profundamente conservador y elitista, uniendo fuerzas para romper ese viejo paradigma. Ellos fueron los que primero invocaron la necesidad de democratización para llegar a una Justicia Legítima. Estos magistrados que caminaron toda su vida por los pasillos de los tribunales, si hay algo que tienen en claro es que ahí sólo se debate el interés de unos pocos, y siempre los mismos apellidos, porque en el poder judicial, están siempre los mismos, los intocables.  Cinco de los siete miembros de la Corte pasaron la edad jubilatoria hace rato, pero ellos mismos decidieron que su jubilación sería de privilegio, y ahora los argentinos tenemos un juez de 95 años que va a quedarse hasta que termine de pudrirse en su estrado.

Las reformas anunciadas por Cristina Fernández de Kirchner surgen precisamente del seno de  este debate revolucionario. Es revolucionario, porque que los ciudadanos podamos elegir a quién tiene la función de nombrar y enjuiciar jueces, en el poder más jurásico del Estado, es algo que ya está sacudiendo todos los expedientes.

Este proceso de transformación de la justicia, este cambio de paradigma, ahora debe involucrarnos a todos. Los asuntos de la justicia que siempre estuvieron vedados al pueblo, hoy deben ser militancia de todos. Ese es el primer paso para combatir su funcionamiento oscurantista. Pocos comprenden cómo funciona la justicia exactamente, hecho que sólo afirma que es un poder que actúa a espaldas del pueblo, que se encierra en la incomprensibilidad de su lenguaje encriptado.

Desde la Juventud Kirchnerista de Izquierda militamos los nuevos proyectos de reforma judicial presentados por CFK, confiados de que es el comienzo de una transformación que irá por más, por más. Por juicios por jurados, por más juicios orales, por crear más vías de acceso a la justicia, por terminar de limpiar a los jueces cómplices de la dictadura, por más transparencia. Tal vez por todo.

Militamos una nueva justicia, una justicia legítima, que se quite los vendajes que la enceguecen y mire de cara al pueblo. Independiente del poder económico y político. Por una justicia nacional y popular.


Mural homenaje a Stefano Tapia

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En la plaza de Barrio Mitre